miércoles, 26 de junio de 2013

tipografía

DEFINICIÓN DETIPOGRAFÍA

¿Conoces el origen etimológico de la palabra tipografía? Si no es así, y antes de entrar de lleno en lo que es el análisis del significado del término, es importante que sepas que aquel se encuentra en el griego. En concreto, esta palabra procede de la unión de tres componentes: el vocablo tipos que significa “molde”, el concepto graphos que puede traducirse como “escribir o grabar” y el sufijo –ia que es equivalente a “cualidad o acción”.
Se conoce como tipografía a la destreza, el oficio y la industria de la elección y el uso de tipos(las letras diseñadas con unidad de estilo) para desarrollar una labor de impresión. Se trata de una actividad que se encarga de todo lo referente a los símbolos, los números y las letras de un contenido que se imprime en soporte físico o digital.
TipografíaEl diseño, la apariencia y las dimensiones de los tipos dependen de la tipografía. Es posible distinguir diversas ramas o divisiones en este arte, como la tipografía creativa (que explora las formas gráficas más allá de la finalidad lingüística de los símbolos), la tipografía de edición (vinculada a las propiedades normativas de las familias de tipos), la tipografía del detalle o microtipografía (centrada en el interlineado, el interletrado y la marca visual) y lamacrotipografía (especializada en el tipo, el estilo y cuerpo de los símbolos).
La tipografía imitaba, en un principio, la caligrafía. Con el tiempo se fue optando por los tipos más legibles y fáciles de entender, una decisión vinculada además a los adelantos técnicos.
Los tipos móviles originarios fueron desarrollados por Johannes Gutenberg (1398-1468), aunque dichos experimentos ya eran realizados por los chinos en el siglo XI. Gutenberg se dedicó a grabar los caracteres en relieve de manera inversa sobre una matriz hecha de acero y, en 1445, logró crear el primer libro impreso de Occidente (la Biblia).
Un libro el citado, que también es conocido como la Biblia de 42 líneas, en alusión al número de líneas que daba forma a cada página.
A la hora de hablar de tipos, que son cada una de las clases de letras existentes o de las piezas de la imprenta que se usan para realzar una letra o signo en concreto, tenemos que subrayar el hecho de que aquellos cuentan con una serie de componentes que forman lo que es su anatomía. Así, por ejemplo, poseen una altura, astas, un brazo, cola, una determinada inclinación, remates e incluso una oreja.
De esta manera, partiendo de este conjunto de elementos y de otros muchos más, se lleva a cabo el establecimiento de dos clasificaciones de tipos: histórica o por forma.
En el caso de la primera modalidad citada podemos hablar que se compone de tipos antiguos, egipcios o modernos, entre otros. Mientras, en la segunda este conjunto de letras se diferencian en base a si tienen o no remates que faciliten o dificulten lo que es su lectura.
En el siglo XIX, la tipografía apostó por dos grandes técnicas: la monotipia (donde cada símbolo es fundido en relieve de manera aislada) y la linotipia (las líneas completas son fundidas por separado y, al finalizar la impresión, se vuelve a fundir todo).

sábado, 8 de junio de 2013

El Constructivismo
-Nace en Rusia en 1914, pero se desarrolla en diferentes países de Europa.
-Es un movimiento de una gran carga ideológica con intención de representar los problemas sociales de la época.
-Alexander Rodchenco fue uno de los diseñadores más representativos del movimiento.
-Se renuncia al arte por el arte para dar paso a la comunicación visual.
-La composición del Constructivismo destaca por sus marcadas diagonales, la fotocomposición y el uso de colores primarios.

Con esta finalidad, artistas como Vladimir Tatlin, KasimirMalevich, Alexander Rodchenko, Wassily Kandinsky, NaumGabo y El Lissitzky promovieron una estética y una aproximación al diseño que, entre otras cosas, se asociaba a la producción industrial y decía adiós al ornamento complaciente.

Por tanto, sus composiciones son construidas matemáticamente y sus motivos no son ni objetos reales ni fantasías libres del artista. Además, la valoración del espacio y el componente espacio/tiempo eran fundamentales.

Estos artistas se inspiraban en la producción técnica desde un punto de vista estético. Abandonaron el ámbito puramente material y se dedicaron a todos los ámbitos artísticos: diseño de carteles, de moda, tipografías, fotografía, arquitectura interior, propaganda, ilustraciones.

Entre las características de estilo está el uso de los 
colores naranjo, rojo, azul, amarillo, negro y blanco (generalmente siempre en los mismos tonos, tanto en afiches como en objetos), la constante alusión a elementos modernos que simbolizan el progreso, las estructuras geométricas y las formas pesadas.

Por ejemplo, la cerámica constructivista solía estar decorada con motivos suprematistas (formas geométricas sobre un fondo blanco y plano), lo que producía una fuerte impresión de dinamismo y modernidad.

En el constructivismo se plantea, por ejemplo, que una escultura no debe ser una realidad por sí sola, sino que debe integrarse en el espacio, debe recibirlo por todas partes. Para ello utilizan materiales que permitan que el espacio penetre en la escultura, materiales industriales como alambre, madera, vidrio, yeso y plástico.

Al mismo tiempo, los constructivistas rechazan la idea de que el arte debe servir a un propósito socialmente útil y plantean un arte estrictamente abstracto que reflejase la maquinaria y la tecnología moderna.

Luego el movimiento se orientó hacia fines más utilitarios, defendiendo el concepto del artista ingeniero y la función de resolver necesidades sociales.

Pero a causa de la inestabilidad propia del tiempo que sigue a una revolución, se llevaron a cabo muy pocos proyectos a gran escala, por lo cual el Constructivismo se limitó al diseño de exposiciones, cerámicas y grafismos.


retorica de la imagen

http://www.ideocentro.com/imgs/pix_transparente.gif



Retórica de la imagen
Diseño de Imagen y Sonido 1
Profesor: Emiliano Dorignac
Pa­ra ha­blar de re­tó­ri­ca es ne­ce­sa­rio pri­me­ro re­fres­car o bien em­pe­zar a co­no­cer cier­tos con­cep­tos pri­ma­rios re­fe­ri­dos a la co­mu­ni­ca­ción. Pa­ra co­mu­ni­car­nos nos va­le­mos del len­gua­je, den­tro del cual la uni­dad mí­ni­ma de sen­ti­do es el sig­no: esa ima­gen (men­tal) de na­tu­ra­le­za to­tal­men­te dis­tin­ta al es­tí­mu­lo que tie­ne por fun­ción evo­car.
Ope­ra­ti­va­men­te lo di­vi­di­re­mos en sig­ni­fi­can­te (la re­pre­sen­ta­ción en sí) y sig­ni­fi­ca­do (el con­te­ni­do que se le asig­na), pues­to que en la rea­li­dad no es po­si­ble se­pa­rar es­tas dos en­ti­da­des. A ca­da sig­ni­fi­can­te le co­rres­pon­de una ca­de­na flo­tan­te de sig­ni­fi­ca­dos, por eso de­ci­mos que los sig­nos son polisémicos.
Por ejem­plo el sig­ni­fi­can­te del pic­to­gra­ma de una si­lla pue­de va­riar de acuer­do con con­tex­to en el que es­té: 
  • Mue­ble­ría: in­di­ca­dor de ven­ta de si­llas.
  • Ae­ro­puer­to: in­di­ca­dor de sa­la de es­pe­ra.
  • Bi­blio­te­ca: in­di­ca­dor de sa­la de lec­tu­ra.
To­do sig­no tie­ne un sig­ni­fi­ca­do re­fe­ren­cial o de­no­ta­ti­vo. La de­no­ta­ción es la re­la­ción por me­dio de la cual ca­da con­cep­to o sig­ni­fi­ca­do se re­fie­re a un ob­je­to, un he­cho, o una idea. El papel del re­cep­tor en el men­sa­je de­no­ta­ti­vo es pa­si­vo. Ade­más de de­no­tar, el sig­no fre­cuen­te­men­te se car­ga de va­lo­res que se aña­den al pro­pio sig­ni­fi­ca­do. Di­chos va­lo­res va­rían de acuer­do con los dis­tin­tos hom­bres y las di­fe­ren­tes cul­tu­ras. A es­te plus se lo de­no­mi­na con­no­ta­ción.
El pa­pel del re­cep­tor en el men­sa­je con­no­ta­ti­vo es ac­ti­vo, ya que pa­ra de­co­di­fi­car el men­sa­je de­be re­cu­rrir a pro­ce­sos in­te­lec­tua­les vin­cu­la­dos a su com­pe­ten­cia. De­no­mi­na­mos “com­pe­ten­cia” a los có­di­gos que ma­ne­ja el re­cep­tor, for­man­do los co­no­ci­mien­tos co­mu­nes pa­ra de­co­di­fi­car los men­sa­jes. Es­tas dos di­men­sio­nes mar­chan jun­tas; no exis­te un lí­mi­te pre­ci­so en don­de ter­mi­na el men­sa­je de­no­ta­do y co­mien­za el con­no­ta­do. Así co­mo el sig­ni­fi­ca­do de­no­ta­ti­vo de­pen­de de la re­la­ción sig­no-re­fe­ren­te, el sig­ni­fi­ca­do con­no­ta­ti­vo de­pen­de de la re­la­ción sig­no-usua­rio.
Si bien no hay pro­ble­mas cuan­do las con­no­ta­cio­nes son cul­tu­ra­les, hay con­flic­tos cuan­do se tra­ta de va­lo­ra­cio­nes per­so­na­les, de ahí la ne­ce­si­dad de un mí­ni­mo de ni­vel de­no­ta­ti­vo pa­ra que la co­mu­ni­ca­ción sea fac­ti­ble.
Bart­hes nos da co­mo ejem­plo una pro­pa­gan­da de la em­pre­sa Pan­za­ni: sa­lien­do de una red (de com­pras) hay pa­que­tes de fi­deos, una ca­ja de con­ser­vas, to­ma­tes, ce­bo­llas, ajíes en to­na­li­da­des ama­ri­llas y ver­des so­bre fon­do ro­jo.
La pa­la­bra Pan­za­ni no trans­mi­te so­la­men­te el nom­bre de la fir­ma, si­no tam­bién, por su aso­nan­cia, un sig­ni­fi­ca­do su­ple­men­ta­rio que es, si se quie­re, la ita­lia­ni­dad. El men­sa­je lin­güís­ti­co es por lo tan­to do­ble: de de­no­ta­ción y de con­no­ta­ción.  La ima­gen re­pre­sen­ta la es­ce­na del re­gre­so del mer­ca­do. Es­te sig­ni­fi­ca­do im­pli­ca a su vez dos va­lo­res eu­fó­ri­cos: el de la fres­cu­ra de los pro­duc­tos y el de la pre­pa­ra­ción pu­ra­men­te ca­se­ra a que es­tán des­ti­na­dos. Su sig­ni­fi­can­te es la red en­trea­bier­ta que de­ja es­ca­par, co­mo al des­cui­do, las pro­visio­nes so­bre la me­sa.
Hay un se­gun­do sig­ni­fi­ca­do (en­tre otros) cu­yo sig­ni­fi­can­te es la reu­nión del to­ma­te, del ají y de la to­na­li­dad tri­co­lor (ama­ri­llo, ver­de, ro­jo) del afi­che. Su sig­ni­fi­ca­do es tam­bién Ita­lia, o más bien, la ita­lia­ni­dad, al igual que el sig­no con­no­ta­do del men­sa­je lin­güís­ti­co (la aso­nan­cia ita­liana ­del nom­bre Pan­za­ni).
Es­tos sig­nos exi­gen un sa­ber ge­ne­ral­men­te cul­tu­ral (com­pe­ten­cia del re­cep­tor) y re­mi­ten a sig­ni­fi­ca­dos glo­ba­les (por ejem­plo, la ita­lia­ni­dad) pe­ne­tra­dos de va­lo­res eu­fó­ri­cos. Es­ta in­ter­pre­ta­ción no se da só­lo a ni­vel de ra­cio­ci­nio, si­no tam­bién de lo emo­ti­vo porque obli­ga al re­cep­tor a po­si­cio­nar­se ideo­ló­gi­ca­men­te fren­te al men­sa­je.
To­da ima­gen es­tá car­ga­da de con­te­ni­do re­tó­ri­co, en ma­yor o me­nor gra­do, y por eso la so­cie­dad crea ma­ne­ras de an­clar ese en­tra­ma­do de sig­ni­fi­ca­dos, tan­to con­tro­lan­do el con­tex­to co­mo la si­tua­ción de lec­tu­ra o el gru­po de re­cep­to­res al que nos di­ri­gi­mos, ya que a la pro­pia in­ten­ción en la co­mu­ni­ca­ción se va a su­mar la sub­je­ti­vi­dad del re­cep­tor.
La re­la­ción en­tre tex­to e ima­gen
¿Du­pli­ca la ima­gen cier­tas in­for­ma­cio­nes del tex­to por un fe­nó­me­no de re­dun­dan­cia o bien es el tex­to el que agre­ga una in­for­ma­ción iné­di­ta? ¿Cuá­les son las fun­cio­nes del men­sa­je lin­güís­ti­co res­pec­to del men­sa­je icó­ni­co? Apa­ren­te­men­te dos: de an­cla­je y de re­le­vo.
Ya he­mos men­cio­na­do que to­da imá­gen es po­li­sé­mi­ca, im­pli­ca sub­ya­cen­te a sus sig­ni­fi­can­tes una ca­de­na flo­tan­te de sig­ni­fi­ca­dos.
En la fun­ción de an­cla­je, el tex­to guía al lec­tor en­tre los sig­ni­fi­ca­dos de la ima­gen, le ha­ce evi­tar unos y re­ci­bir otros, lo di­ri­ge en un sen­ti­do ele­gi­do.
A ni­vel del men­sa­je de­no­ta­ti­vo el an­cla­je ver­bal ac­túa co­mo guía de iden­ti­fi­ca­ción: an­te la ima­gen de un pla­to de co­mi­da, pue­do va­ci­lar en iden­ti­fi­car las for­mas y los vo­lú­me­nes; la le­yen­da “arroz y atún con cham­pig­no­nes” me per­mi­te aco­mo­dar no só­lo mi mi­ra­da, si­no tam­bién mi in­te­lec­ción.
A ni­vel del men­sa­je con­no­ta­ti­vo el an­cla­je ver­bal ac­túa co­mo guía de in­ter­pre­ta­ción, cons­ti­tu­ye una suer­te de te­na­za que im­pi­de que los sen­ti­dos con­no­ta­dos pro­li­fe­ren ha­cia re­gio­nes de­ma­sia­do in­di­vi­dua­les.
Bart­hes u­sa co­mo ejem­plo una publicidad que pre­sen­ta al­gu­nas fru­tas di­se­mi­na­das al­re­de­dor de una es­ca­le­ra: la le­yen­da “co­mo si us­ted hu­bie­se re­co­rri­do el huer­to” ale­ja un sig­ni­fi­ca­do po­si­ble: po­bre­za de la co­se­cha, que se­ría de­sa­gra­da­ble, y orien­ta en cam­bio ha­cia un sig­ni­fi­ca­do ha­la­güe­ño, el ca­rác­ter na­tu­ral y per­so­nal de las fru­tas.
El an­cla­je pue­de ser ideo­ló­gi­co y és­ta es, sin du­da, su fun­ción prin­ci­pal.
La fun­ción de re­le­vo es me­nos co­mún, se la en­cuen­tra prin­ci­pal­men­te en di­bu­jos hu­mo­rís­ti­cos y en his­to­rie­tas. Aquí la pa­la­bra y la ima­gen es­tán en una relación com­ple­men­ta­ria. El tex­to no tie­ne una sim­ple fun­ción de elu­ci­da­ción, si­no que dis­po­ne de sen­ti­dos que no se en­cuen­tran en la ima­gen.
La re­tó­ri­ca de la ima­gen
Se denomina retórica (del griego rhetor, orador) al conjunto de reglas y preceptos para hablar bien. Es el arte del bien decir, de embellecer la expresión de los conceptos; de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia para persuadir o conmover. La retórica entendida como metodología de la Oratoria y no como reemplazo de ella, gozó de prestigio en la antigüedad desde su germinación entre los griegos y los romanos. En la actualidad se la considera una disciplina instrumental, como una suerte de técnica para encauzar e! fenómeno de la expresión humana en formas verbales e icónicas.
La re­tó­ri­ca pue­de apor­tar a la co­mu­ni­ca­ción vi­sual un mé­to­do de crea­ción. De he­cho, las ideas más ori­gi­na­les apa­re­cen co­mo trans­po­si­cio­nes de fi­gu­ras re­tó­ri­cas. El pro­ce­so crea­ti­vo se fa­ci­li­ta y se en­ri­que­ce si los di­se­ña­do­res to­man ple­na con­cien­cia de un sis­te­ma que uti­li­zan de mo­do in­tui­ti­vo.
El ob­je­ti­vo de po­ten­ciar al men­sa­je con­sis­te en que el re­cep­tor to­ma­rá fren­te al mis­mo una po­si­ción ac­ti­va, de com­pro­mi­so ideo­ló­gi­co y po­drá in­clu­so lle­gar a mo­di­fi­car há­bi­tos en su con­duc­ta. La fun­ción de la re­tó­ri­ca es esen­cial­men­te la per­sua­sión.
Los re­cur­sos que se uti­li­zan pa­ra ope­rar so­bre la ima­gen re­ci­ben el nom­bre de fi­gu­ras re­tó­ri­cas. En ellas se en­fren­tan dos ni­ve­les del len­gua­je: el pro­pio y el fi­gu­ra­do. La fi­gu­ra es la que po­si­bi­li­ta el trán­si­to de uno a otro. Lo que se co­mu­ni­ca a tra­vés de una fi­gu­ra po­dría ha­ber­se di­cho sin ella de mo­do más sim­ple y di­rec­to aun­que no siem­pre tan efi­cien­te. En sín­te­sis: la fi­gu­ra cons­ti­tu­ye una al­te­ra­ción del uso nor­mal del len­gua­je, tie­ne el pro­pó­si­to de ha­cer más efec­ti­va la co­mu­ni­ca­ción.
Ca­da sig­no tie­ne dos as­pec­tos: sig­ni­fi­can­te (su for­ma) y sig­ni­fi­ca­do (el con­te­ni­do), lo que ge­ne­ra dos gru­pos de fi­gu­ras re­tó­ri­cas:
Las sin­tác­ti­cas, que ope­ran por me­dio de la for­ma del sig­no.
Las se­mán­ti­cas, que atien­den a los sig­ni­fi­ca­dos.
La for­ma y el sig­ni­fi­ca­do es­tán en per­ma­nen­te jue­go in­te­rac­ti­vo y en el ca­so de las fi­gu­ras se da una cons­tan­te jerarquización de una so­bre la otra. 
Fi­gu­ras sin­tác­ti­cas
Es­tas fi­gu­ras se ba­san en la sim­ple muestra, el ni­vel sig­ni­fi­ca­ti­vo se aca­ba en lo que se pre­sen­ta. Tie­nen por ob­je­to el sig­ni­fi­ca­do pe­ro ape­lan al su­je­to por me­dio de las le­yes sin­tác­ti­cas de la com­po­si­ción. Es­tas le­yes (so­bre to­do las mor­fo­ló­gi­cas y per­cep­ti­vas) que re­gu­lan el or­de­na­mien­to y la dis­po­si­ción de los ele­men­tos de la com­po­si­ción vi­sual, son aqué­llas que com­po­nen la sin­ta­xis vi­sual. Es­tas le­yes ope­ran a tra­vés de di­ver­sas ma­ne­ras de or­de­nar los sig­nos con fi­nes se­mán­ti­cos par­ti­cu­la­res y ha­cen re­fe­ren­cia a lo de­no­ta­ti­vo (pri­me­ra sig­ni­fi­ca­ción).
Po­de­mos or­de­nar es­tas fi­gu­ras en cin­co gru­pos di­fe­ren­tes, de­ter­mi­na­dos por los dis­tin­tos mo­dos de or­ga­ni­zar for­mal­men­te la com­po­si­ción:
Trans­po­si­ti­vas: Se ba­san en una al­te­ra­ción del or­den nor­mal, o sea, del or­den es­pe­ra­do, ya sea vi­sual o ver­bal. Es lo que llamamos habitualmente anomalía. En el cam­po vi­sual son ejem­plos de or­den prees­ta­ble­ci­do: el eje axial, el cons­truc­to ho­ri­zon­tal-ver­ti­cal y la se­cuenc­ia de lec­tu­ra. Se ca­rac­te­ri­zan por la omi­sión de ne­xos y la su­pre­sión de las coor­di­na­cio­nes en­tre los ele­men­tos.
Pri­va­ti­vas: Con­sis­ten en su­pri­mir par­te de la ima­gen, que fi­nal­men­te se so­breen­tien­de de acuer­do con el con­tex­to. Mu­chas ve­ces se per­ci­ben co­mo ilus­tra­ción de es­ce­nas fan­tás­ti­cas. Vi­sual­men­te, es­ta fi­gu­ra de­no­mi­na­da “elip­sis” es la in­ver­sa de la re­pe­ti­ción. La su­pre­sión de ele­men­tos pue­de re­fe­rir­se a los ele­men­tos ac­ce­so­rios que acom­pa­ñan al pro­duc­to, el pro­duc­to mis­mo o los per­so­na­jes del re­tra­to vi­sual
Cuan­do se omi­te in­ten­cio­nal­men­te el ha­cer una apo­lo­gía so­bre las cua­li­da­des del pro­duc­to por­que se con­si­de­ra que con la sim­ple muestra se es­tá di­cien­do mu­cho más, se es­tá en pre­sen­cia de una tau­to­lo­gía.
Re­pe­ti­ti­vas: La rei­te­ra­ción es sín­to­ma de in­te­rés, de emo­ción o én­fa­sis, atrae la aten­ción y ha­ce más in­ten­so el sig­ni­fi­ca­do. La re­so­nan­cia emo­ti­va del pri­mer ele­men­to re­sul­ta in­cre­men­ta­da en el se­gun­do. No es ne­ce­sa­ria la rei­te­ra­ción de ele­men­tos ab­so­lu­ta­men­te idén­ti­cos, bas­ta con que la re­pe­ti­ción sea lo bas­tan­te cla­ra co­mo pa­ra ser in­di­vi­dua­li­za­da. Las fi­gu­ras re­pe­ti­ti­vas se ba­san en ope­ra­cio­nes de sim­ple rei­te­ra­ción, acu­mu­la­ción o gra­da­ción.
Acentuativas: La acen­tua­ción es un re­cur­so ne­ta­men­te grá­fi­co. Con­sis­te en des­ta­car un ele­men­to o par­te de él por me­dios di­fe­ren­tes: co­lor, tex­tu­ra, ni­ti­dez, cam­bio de for­ma, cam­bio de pro­por­ción, con­tras­te, etc.
Ti­po­gra­mas: Cuan­do el jue­go ti­po­grá­fi­co alu­de úni­ca­men­te a una com­po­si­ción de­ter­mi­na­da, se de­no­mi­na ti­po­gra­ma o lo­go­gra­ma. Sin im­pe­dir que sos­ten­ga al­gún ti­po de sig­ni­fi­ca­do, el va­lor re­si­de  en lo sin­tác­ti­co, en lo de­no­ta­ti­vo, don­de pre­do­mi­na el va­lor es­té­ti­co de la com­po­si­ción so­bre el as­pec­to sig­ni­fi­ca­ti­vo.
La lec­tu­ra del tex­to no man­tie­ne la orien­ta­ción tra­di­cio­nal de iz­quier­da a de­re­cha, si­no que se cum­ple se­gún va­rios mo­vi­mien­tos di­fe­ren­tes que im­pri­men un rit­mo es­pe­cial al tiem­po de lec­tu­ra re­que­ri­do por to­do es­cri­to.
Rea­li­za­da en con­jun­to co­mo per­cep­ción con­se­cu­ti­va pe­ro tam­bién si­mul­tá­nea, se asi­mi­la más bien a la con­tem­pla­ción plás­ti­ca que a la lec­tu­ra al­fa­bé­ti­ca pro­pia­men­te di­cha.
 Fi­gu­ras se­mán­ti­cas
Es­te ti­po de fi­gu­ras tie­nen por ob­je­to el sig­ni­fi­ca­do. Ape­lan al va­lor que la co­sa re­mi­te pe­ro van mu­cho más allá de la sim­ple muestra, del va­lor real de la ima­gen. Tie­ne va­lor prin­ci­pal el sig­ni­fi­ca­do a par­tir de un re­fe­ren­te. Se pien­sa en un con­te­ni­do a par­tir del cual se pre­ten­de lle­gar al su­je­to re­cep­tor. Com­pro­me­ten más di­rec­ta­men­te al des­ti­na­ta­rio, crean ac­ti­tu­des, pro­mue­ven res­pues­tas, sen­ti­mien­tos y emo­cio­nes. Ha­cen re­fe­ren­cia a lo con­no­ta­ti­vo, se di­ri­gen a la cua­li­dad del re­fe­ren­te, a las dis­tin­tas no­tas par­ti­cu­la­res, pro­pias de ca­da uno. Es­tas fi­gu­ras se or­de­nan en cin­co gru­pos di­fe­ren­tes, se­gún los dis­tin­tos mo­dos de re­la­cio­nar los sig­ni­fi­ca­dos.
Con­tra­rias: Con­sis­ten en la unión de re­fe­ren­tes opues­tos, se ba­san en una con­tra­po­si­ción de dos ideas o pen­sa­mien­tos. Es una aso­cia­ción por con­tras­te, por cho­que, pa­ra dar ma­yor re­lie­ve al men­sa­je. Se cues­tio­na el prin­ci­pio de la con­tra­dic­ción re­sal­tan­do lo que se pre­ten­de por yux­ta­po­si­ción de lo con­tra­rio con la in­ten­ción de per­ci­bir me­jor sus di­fe­ren­cias y las pe­cu­lia­ri­da­des de ca­da uno. Cuan­to más fuer­te sea la opo­si­ción, más ní­ti­do, más in­di­vi­dua­li­za­do se­rá el men­sa­je. Las fi­gu­ras con­tra­rias se pre­sen­tan en el hu­mo­ris­mo, to­man­do la for­ma de la iro­nía.
Com­pa­ra­ti­vas: Se ba­san en la com­pa­ra­ción de re­fe­ren­tes. Es­ta com­pa­ra­ción se es­que­ma­ti­za en un jue­go de si­mi­li­tu­des y di­fe­ren­cias, es de­cir, en el po­der fragmentador de la men­te pa­ra po­der ver y ex­pre­sar dis­tin­tos as­pec­tos de una rea­li­dad uni­ta­ria. Exis­ten di­fe­ren­tes fac­to­res que se to­man en cuen­ta pa­ra efec­tuar com­pa­ra­cio­nes y tam­bién exis­ten di­fe­ren­tes for­mas de com­pa­rar di­chos as­pec­tos. Los mo­dos más co­mu­nes de com­pa­ra­ción son:
Me­tá­fo­ra: Con­sis­te en una tras­la­ción de sen­ti­do. Las co­sas se pre­sen­tan por su as­pec­to me­nos co­no­ci­do o ha­bi­tual y co­bran un va­lor que, de otro mo­do, nun­ca al­can­za­rán. Lo que en­ri­que­ce a un ele­men­to de la me­tá­fo­ra es to­do aque­llo que le era aje­na y que el otro ele­men­to le apor­ta des­de su mun­do.
Hi­pér­bo­le: Es una com­pa­ra­ción des­me­su­ra­da, fue­ra de lí­mi­te y me­di­da. Im­pli­ca una exa­ge­ra­ción de tér­mi­nos, ya sea en sen­ti­do po­si­ti­vo o ne­ga­ti­vo, un au­men­to o dis­mi­nu­ción de ele­men­tos en re­la­ción con un pun­to de com­pa­ra­ción.
Pue­de ha­ber una com­pa­ra­ción o una fu­sión de ele­men­tos, ya que se lle­ga, a ve­ces, a su­pri­mir la men­ción  del ob­je­to real. Afir­ma la iden­ti­dad ab­so­lu­ta en­tre dos co­sas que coin­ci­den só­lo en un pun­to ine­sen­cial, cu­ya semejanza acen­túa la de­se­me­jan­za real en­tre ellas. Se usan pa­ra elu­dir el nom­bre de lo co­ti­dia­no.
Per­so­ni­fi­ca­cio­nes: En es­te ca­so se com­pa­ran ele­men­tos ani­ma­les, fan­tás­ti­cos o ina­ni­ma­dos con los se­res hu­ma­nos, pa­ra lo cual se les atri­bu­ye la pa­la­bra, vi­da o ac­ción. La per­so­ni­fi­ca­ción o pro­so­po­pe­ya es la téc­ni­ca usa­da en la crea­ción de di­bu­jos ani­ma­dos, don­de se otor­ga vi­da hu­ma­na (voz, sen­ti­mien­tos y ac­ti­tu­des) a se­res fan­tás­ti­cos o ani­ma­les.
Sus­ti­tu­ti­vas: Es la sus­ti­tu­ción de un re­fe­ren­te por otro. Hay dos ti­pos de re­la­cio­nes en las que se fun­da­men­ta:
Si­néc­do­que: Re­la­ción de in­clu­sión. Se sus­ti­tu­ye un ele­men­to por otro en ba­se a una re­la­ción de in­clu­sión. Se ba­sa en una re­la­ción de “más por me­nos”, del “to­do por la par­te”. Ex­pre­sa una de­ci­sión se­lec­ti­va y pos­tu­la el real­ce de un ele­men­to en­tre to­das las po­si­bles des­com­po­si­cio­nes de un ob­je­to. La rel­ación de in­clu­sión es un re­cur­so ex­pan­si­vo que crea lo gran­de con lo pe­que­ño, lo im­por­tan­te con lo ac­ce­so­rio.
Me­to­ni­mia: Re­la­ción de con­ti­güi­dad. En la me­to­ni­mia no hay ni se­me­jan­za ni in­clu­sión, si­no una re­la­ción de con­ti­güi­dad. Lo im­por­tan­te es la in­ten­ción, el sen­ti­do fi­gu­ra­do. La re­la­ción de con­ti­güi­dad pue­de dar­se en el tiem­po, en el es­pa­cio, o a tra­vés de una re­la­ción de cau­sa-efec­to.
Es­tos son al­gu­nos ejem­plos de re­la­cio­nes de con­ti­güi­dad: efec­to por cau­sa, au­tor por la obra, con­ti­nen­te por con­te­ni­do, ins­tru­men­to por quien lo ma­ne­ja, pro­duc­tor por su pro­duc­to, ob­je­to por su lu­gar de pro­ce­den­cia, men­ción de lo fí­si­co por lo mo­ral, men­ción del sig­no por la co­sa sig­ni­fi­ca­da.
Se­cuen­cia­les: Es­tas fi­gu­ras se ba­san en el de­sa­rro­llo de una se­rie de ele­men­tos, los cua­les se rela­cio­nan en­tre sí pro­gre­si­va­men­te. Im­pli­can la apa­ri­ción de uno o va­rios ele­men­tos o per­so­na­jes, en ca­li­dad de pro­ta­go­nis­tas, que ilus­tran el de­sa­rro­llo de una si­tua­ción. La se­cuen­cia es­tá muy re­la­cio­na­da con el tiem­po.
Un ca­so muy fre­cuen­te den­tro de es­tas fi­gu­ras es el “enig­ma”, el cual re­tar­da la apa­ri­ción de un ele­men­to del men­sa­je me­dian­te in­ci­den­tes que só­lo guar­dan con él re­la­ción de con­ti­güi­dad. Otro ca­so lo cons­ti­tu­ye el “rac­con­to” don­de hay un per­so­na­je que re­la­ta una his­to­ria o si­tua­ción pa­sa­da; es­te ti­po de fi­gu­ras son muy uti­li­za­das en ci­ne y te­le­vi­sión.
Gags ti­po­grá­fi­cos: Los gags son ins­tru­men­tos ti­po­grá­fi­cos con va­lor se­mán­ti­co muy en­fa­ti­za­do; alu­den y re­pre­sen­tan una sig­ni­fi­ca­ción de­ter­mi­na­da. Al­te­ran la ca­li­gra­fía pa­ra que la le­tra tam­bién sig­ni­fi­que.
En la pa­la­bra se su­per­po­nen dos es­cri­tu­ras que se asis­ten re­cí­pro­ca­men­te. La in­ter­pre­ta­ción que­da ase­gu­ra­da por un sis­te­ma al­fa­bé­ti­co que sus­ten­ta la comunicación lingüística, mien­tras que el sig­no se ro­bus­te­ce me­dian­te el re­fuer­zo se­mán­ti­co que le ase­gu­ra la pre­sen­cia grá­fi­ca de la ima­gen del ob­je­to. Si bien la transcripción es par­cial­men­te icó­ni­ca, no sus­ti­tu­ye al sig­no al­fa­bé­ti­co, si­no que lo in­cor­po­ra a su fi­so­no­mía.
Los gags no se ubi­can den­tro de un ti­po de fi­gu­ras re­tó­ri­cas pues­to que se adap­tan a ca­da una de ellas, se­gún se ba­sen en ope­ra­cio­nes de com­pa­ra­ción, opo­si­ción, sus­ti­tu­ción o se­cuen­cia­les.

q es vanguardia

¿Qué es VANGUARDIA?

El término vanguardia (del francés avant-garde, término del léxico militar que designa a la parte más adelantada del ejército, la que confrontaría la «primera línea» de avanzada en exploración y combate) se utilizó posteriormente para denominar, en el terreno artístico, las llamadas vanguardias históricas, una serie de movimientos artísticos de principios del siglo XX que buscaban innovación en la producción artística; se destacaban por la renovación radical en la forma y el contenido; exploraban la relación entre arte y vida, y buscaban reinventar el arte confrontando movimientos artísticos anteriores. También es común utilizar, en la comunidad hispanohablante, el propio término avant-garde para referirse a esas escuelas artísticas en particular o a cualquier otra escuela o tendencia similar. El vanguardismo se manifiesta a través de varios movimientos que, desde planteamientos divergentes, abordan la renovación del arte y/o la pregunta por su función social, desplegando recursos que quiebren o distorsionen los sistemas más aceptados de representación o expresión artística, en teatro, pintura, literatura, cine, arquitectura, música, etc. Algunos autores, como Peter Bürger (teoría de la vanguardia) distinguen las "auténticas" vanguardias de aquellos movimientos que orientaron su confrontación hacia la institución arte y la dimensión política del accionar artístico en la sociedad, y concentraron sus innovaciones en la búsqueda de nuevas funciones y relaciones de poder. Estos movimientos artísticos renovadores, en general dogmáticos, se produjeron en Europa en las primeras décadas del siglo XX, desde donde se extendieron al resto de los continentes, principalmente hacia América, en donde se enfrentaron al modernismo. La característica primordial del vanguardismo es la libertad de expresión, que se manifiesta alterando la estructura de las obras, abordando temas tabú y desordenando los parámetros creativos: en poesía se rompe con la métrica y cobran protagonismo aspectos antes irrelevantes, como la tipografía; en arquitectura se desecha la simetría, para dar paso a la asimetría; en pintura se rompe con las líneas, las formas, los colores neutros y la perspectiva. 




Seis sombreros para pensar
Seis sombreros para pensar (en inglés Six Thinking Hats) es un libro de Edward De Bono, en el que se expone una metodología para discusiones y toma de decisiones en grupo, conocida como método de los seis sombreros para pensarde los seis sombreros de Bono, o simplemente de los seis sombreros.1 La herramienta, combinada con el pensamiento lateral al que es asociada, provee de unas materias a los grupos para pensar juntos más efectivamente, y materias para planear procesos de pensamiento de un modo detallado y cohesivo.
El método ha encontrado amplios modos de empleo en el sector británico de la innovación, es ofrecido por numerosas consultorías y se ha anexado al servicio civil británico.2
Michael Hewitt-Gleeson afirma que el método fue desarrollado inicialmente durante una sesión de lluvia de ideas que tuvo lugar con él, Edward de Bono y Eric Bienstock en 1983.
Índice
  [ocultar
·         1 Pensamiento paralelo
·         3 Método de aplicación
·         4 Séptimo sombrero
·         5 Resumen
·         6 Datos de publicación
·         7 Véase también
·         8 Referencias
Pensamiento paralelo [editar]

http://bits.wikimedia.org/static-1.22wmf3/skins/common/images/magnify-clip.png
Los 6 Sombreros para Pensar
Más detalles y ejemplos de sombreros [editar]
Abajo se incluye una breve descripción de cada uno de los sombreros y el proceso de pensamiento que representan. Su uso es visto a través del análisis de este tema común en clase: "las estudiantes hablan cuando la profesora habla".3
Sombrero Blanco - Hechos [editar]
Los participantes hacen declaraciones de hecho, incluyendo identificar información que está ausente y presentando los puntos de vista de gente que no está presente de manera factual. En muchas sesiones de pensamiento esto se hace inmediatamente después de un sombrero azul inicial, y es a menudo una acción extendida con los participantes presentando detalles sobre su organización y el trasfondo y los propósitos de la sesión de pensamiento. La información clave que representa los materiales para la sesión es presentada y discutida. Las ausencias clave de información (necesidades de información son también identificadas en este punto.
Ejemplos de declaraciones de sombrero blanco son:
Las ventas totales de de este producto el año pasado fueron de x€
Nuestros datos de ventas es de hace dos años
el número de personas ancianas en Europa está creciendo
Ejemplos de la referencia anterior son:
·         Las estudiantes están hablando cuando la profesora está hablando.
·         Hay ruido, luego otros estudiantes están distraídos y no pueden oír a la profesora.
·         Las estudiantes no saben qué hay que hacer una vez que se han dado las instrucciones.
·         Muchos estudiantes están distraídos y esto puede resultar en fallos al completar el trabajo.
·         Las estudiantes no están entendiendo la charla focalizada debido a falta de concentración.
Sombrero Rojo - Emociones [editar]
Los participantes plantean sus emociones, ejercitando sus instintos viscerales. En muchos casos este es un método para recolectar ideas -No es una cuestión de grabar declaraciones, pero preferible a tener a todo el mundo identificando sus dos o tres mejores opciones de una lista de ideas identificadas bajo otro sombrero. Esto se hace para ayudar a reducir listas de muchas opciones en unas pocas para focalizar, dejando a cada participante votar por las que prefiera. Se aplica más rápidamente que los otros sombreros para asegurarse de que es una reacción visceral lo que se recoge.
Por ejemplo, imaginemos que un grupo de ustedes está planeando un almuerzo campestre. Bajo un sombrero blanco se han identificado todos los objetos que hay disponibles para llevar. Estos son:
Cubertería, platos, bocadillos, zumo, te, café, cerveza, patatas fritas, pepinillos, ensalada, tortilla de patatas
estos están escritos en un papel, cada persona por turnos coloca tres votos marcando una X al lado de estos objetos y pueden concentrar o dispersar los votos como deseen. El resultado puede ser:
Cubertería,platos X, bocadillos XX, zumo X, te XXX, café, cerveza, patatas fritas XX, pepinillos, ensalada, tortilla de patatas X
lo que demostraría un deseo mayoritario de te, bocadillos y patatas fritas como las áreas clave o focos del almuerzo
Este método crea un evidente ejemplo visual que genera rápidos aunque incompletos acuerdos acerca de un tema.
Las notas 
post-it son una gran alternativa al lápiz cuando grupos muy grandes tienen que votar sobre una materia de este modo.
El método alternativo es recoger las reacciones viscerales o sentimientos de uno sobre una materia de discusión. -Eso es más común cuando se trata de usar los sombreros para revisar progresos personales o tratar con materias con un alto contenido emocional relevante en la discusión. Las declaraciones podrían ser:
Lo odio, lo amo, estoy curioso, estoy cauteloso, siento que se acaba, me enfada...
Ejemplos de la referencia anterior son:
·         La profesora se siente ofendida.
·         Los estudiantes se sienten frustrados porque no pueden escuchar directrices.
·         Los que hablan disfrutan bromeando y siendo escuchados.
·         Esto representa pensamiento emocional de una persona.
Sombrero negro - juicio negativo (constructivo) [editar]
Los participantes identifican barreras, peligros, riesgos y otras connotaciones negativas. Esto es el pensamiento crítico, buscar los problemas y desacuerdos. Este sombrero suele usarse de forma muy natural por la gente, la cosa es que se tiende a usar cuando no se ha requerido y cuando no es apropiado, parando esto la fluidez de otros. Prevenir el uso inapropiado del sombrero negro es un obstáculo común y un paso vital para el pensamiento grupal objetivo. La otra dificultad que se encara con este sombrero es que alguna gente comienza por buscar las soluciones a los problemas -comienzan a practicar pensamiento "verde" en "negro" antes de que se requiera.
Es importante tener presente que la intención del sombrero negro es de crítica constructiva. Aquel que te señala por qué algo no funcionará. No persigue el diálogo de enfrentamiento, sino conciliativo. Ejemplos de frases "negras": no seremos capaces de hacerlo con nuestros actuales métodos, será demasiado caro de este modo, hay mucha oposición política a esta vía, el sistema es ineficiente energéticamente.
Frases acerca del ejemplo citado:
·         Se malgasta el tiempo.
·         El aprendizaje se ve comprometido.
·         Los que hablan sienten que los oyentes del sombrero negro no los respetan y no quieren oír lo que están diciendo.
·         La fluidez de la discusión es escasa.
Sombrero amarillo - juicio positivo [editar]
Los participantes identifican beneficios asociados a una idea o materia. Esto es el opuesto al pensamiento de sombrero negro y busca las razones en favor de algo. Esto sigue siendo materia de juicio -es un proceso analítico, no sólo optimismo ciego. Uno está buscando crear argumentos justificados a favor. Se encapsula en la idea de "positivo indeciso" (donde el sombrero negro debería ser escéptico - "negativo indeciso")
Ejemplos de declaraciones de sombrero amarillo: Puede ser útil al mercado, reduciría el impacto medioambiental de nuestras actividades, esta vía haría nuestras operaciones más eficientes, es la opción más fácil de realizar.
Y sobre el ejemplo estudiantil:
·         Todo el mundo es capaz de decir lo que hay en su mente.
·         Puede ser divertido.
·         No sólo los "chicos listos" tienen que hablar.
·         Uno no tiene que esperar para compartir sus ideas y así correr el riesgo de olvidar información.
Sombrero verde - alternativas y creatividad [editar]
Este es el sombrero de pensar nuevos pensamientos. Se basa en la idea de provocación y pensar en beneficio de identificar nuevas posibilidades. Las cosas se dicen en base a ver lo que significan más que para formar un juicio. Esto a menudo se lleva a cabo desde las declaraciones del sombrero negro para identificar cómo pasar las barreras o fallos (pensamiento verde en blanco). Como el pensamiento de sombrero verde cubre el espectro completo de la creatividad, el pensamiento de sombrero verde puede tomar muchas formas
Ejemplos de declaraciones de sombrero verde:
¿Qué hay si lo distribuimos gratuitamente?, ¿podríamos intentarlo usando la tecnología X?, si extendemos el curso medio día podría ayudar a la gente a comprender, ¿Cómo vería alguien de la profesión X ver esto?, ¡Loro! (el pensamiento de sombrero verde puede incluir estímulos basados en palabras aleatorias)
Declaraciones del ejemplo anterior son:
·         La profesora debería prestar más atención al tiempo que gasta hablando.
·         La profesora debería incorporar interactividad de más estudiantes aparte de los 'chicos listos'.
·         Los estudiantes deberían resistir el impulso de decir lo que sea que esté en sus cabezas. Deberían pensar acerca de la pertinencia de lo que digan con el asunto a tratar.
·         Los estudiantes deberían tener en cuenta cuando sus comentarios interfieren con el aprendizaje de otra gente.
·         Los estudiantes deberían pensar en otros modos de comunicación aparte de hablar en clase, por ejemplo, hablar por jabber.
·         Los estudiantes deberían ser capaces de desarrollar ideas como resultado de ser creativos en clase.
Sombrero azul - proceso de control (pensar sobre el pensar) [editar]
Este es el sombrero en el cual todos los participantes discuten el proceso de pensamiento. El moderador debería generalmente llevarlo y además cada miembro del grupo usarlo de vez en cuando para pensar acerca del trabajo conjunto. Este sombrero se utiliza al principio y el fin de cada sesión de pensamiento, sitúa objetivos, define la ruta para llevarlos a cabo y evalúa lo que se tiene y hacia dónde se dirige. Tener un moderador manteniendo este rol durante el proceso ayuda a asegurar que el grupo permanezca enfocado a su labor y mejora las oportunidades de alcanzar los objetivos
Ejemplos de sentencias de sombrero azul son:
seguiremos este programa de pensamiento al empezar el día; ok, hora de movernos a pensamiento de sombrero amarillo; alto -estamos llevando esto a un debate, hagamos algo de sombrero negro y veamos todas las opciones juntas primero; pienso que tenemos que revisitar nuestros objetivos, no estoy seguro que sean correctos a la luz de nuestro trabajo hasta ahora.
Declaraciones del ejemplo citado son:
·         La profesora aprende que tiene que monitorizar el tiempo que pasa hablando durante la clase
·         La profesora tiene que reconocer que algunos estudiantes necesitan tiempo antes de responder. Dejando a estos estudiantes tiempo para computar soluciones, promueve una participación más amplia e incremento en el aprendizaje.
·         Los estudiantes se dan cuenta que su charla hace a la oradora sentirse no apreciada y faltada al respeto.
·         Los estudiantes se dan cuenta que sus comentarios están obstaculizando el aprendizaje de otros individuos.
·         Los estudiantes se dan cuenta de que hablando a destiempo demuestran falta de autodisciplina y que no todos los comentarios se deben compartir.
Método de aplicación [editar]
Aunque las ideas de los sombreros por sí mismas proporcionan beneficios significativos, hay más en el método de los seis sombreros si se aplican dentro de los sistemas de pensamiento de De Bono y si se entrenan bajo estos postulados extraños. En particular, el intervalo en el cual se usan los sombreros son altamente relevante.
En el uso típico un proyecto comenzaría con una acción extendida de sombrero blanco, para que todo el mundo se ponga en "la misma página" creando una visión compartida de la materia a tratar. Después, cada sombrero es usado sólo por unos pocos minutos, excepto el sombrero rojo, que está limitado a treinta segundos para asegurarse de que la reacción es realmente instintiva, más que una forma de juicio. Este intervalo se cree que tiene un impacto positivo en el proceso de pensamiento, de acuerdo con las teorías de Malcolm Gladwell en su libro Blink.
Esto asegura que los grupos piensan juntos de manera enfocada, permaneciendo en su labor, lo que también asegura que focalizan sus esfuerzos en los elementos más importantes de la materia a tratar. De todos modos, esto también tiene el potencial de crear conflicto si no se modera bien, porque la gente puede sentirse "enrailada". Para evitar esto es importante denotar cuando hay alguna diferencia significativa de opinión en el proceso de pensamiento o respecto al área que se debería enfocar.
Séptimo sombrero [editar]
En la versión de este sistema adoptada por la School of Thinking hay un séptimo sombrero, rosa y verde con topos azules, que permite la aplicación de la experiencia - preguntando a uno mismo: ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué hemos hecho antes que sea como esto? ¿Qué experiencias similares hemos tenido y qué lecciones de ellas podemos aplicar? Esto no está documentado en las publicaciones de De Bono, ni en los primeros artículos presentados por la SOT en su página web. El momento del origen de la idea del séptimo sombrero permanece poco claro.

El origen de la versión del Séptimo Sombrero, es un seminario basado en los Seis Sombreros para Pensar, aunque incorporando el Séptimo, de ningún color, que intenta escenificar las actitudes. Las actitudes mentales positivas, la proactividad, la motivación y cualquier actitud que conduzca a actuar. A mediados de 2006, Francesc Puertas creó el blog de 
El Séptimo Sombrero donde publica cada mes un "sombrero de actitudes"
Resumen [editar]
Usando varias vías de acercamiento al proceso de pensamiento y resolución de problemas, la materia a tratar se visualiza desde una variedad de ángulos, sirviendo esto a los intereses de todos los individuos a los que concierne. Los sombreros pensantes son útiles para estudiantes porque ilustran la necesidad de los individuos de visualizar desde ángulos variados. También ayuda a los estudiantes permitiendo al individuo a reconocer deficiencias en el modo en el que el se acerca al problema, permitiendo rectificar esto.
De Bono creía que la clave para un uso exitoso de la metodología de los seis sombreros era la focalización deliberada de la discusión en una vía particular si se necesita durante la reunión o la sesión colaborativa. Por ejemplo, una reunión puede ser convocada para revisar un problema particular y para desarrollar una solución para el problema. El método de los seis sombreros puede ser usado en secuencia para, primero de todo, explorar el problema, después desarrollar un cuerpo de soluciones y finalmente seleccionar de este cuerpo una solución a través del análisis critico del mismo.
Datos de publicación